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El abogado suizo que vende pasaportes

El negocio de Christian Kälin va viento en popa. Esta jurista de Zúrich tiene 45 años y se dedica a tramitar pasaportes de conveniencia. Y para ello necesita contactos hasta debajo de las piedras.

Tuvo su primera aparición en la televisión estadounidense en horario de máxima audiencia. De Christian Kälin pasó a ser “Chris”. Hace poco el renombrado programa ‘60 Minutes’ le dedicó un reportaje. “Usted debe tener más de una tarjeta de crédito, ¿no?”, espetó al periodista de la CBS Steve Kroft, que se quedó estupefacto. Porque si un día no funciona una tarjeta de crédito, hay que tener una segunda a mano. Lo mismo ocurre con los pasaportes, afirmaba Kälin en el reportaje.

Una nacionalidad a cambio de dinero. Ese es el negocio de Kälin, lo cual explica que el jurista esté tan bien relacionado. Como presidente del bufete Henley & Partners (HP) asesora tanto a gobiernos como a superricos. En calidad de cónsul general de San Cristóbal y Nieves, representa en Suiza los intereses del minúsculo Estado caribeño. No es casualidad, porque Kälin ayuda a ese tipo de países a crear programas de ‘Cash for Passport’ [dinero a cambio del pasaporte]. El objetivo es conceder la nacionalidad a un ciudadano a cambio de que este invierta en la economía del país o realice un ingreso único en las arcas del Estado.

Malta, una mina de oro

Los servicios de Christian Kälin están muy codiciados: en este mercado estimado en 2 000 millones de dólares, HP es uno de los líderes del sector. Un modelo de negocio muy boyante, pero no exento de polémica. HP domina el mercado en la isla mediterránea de Malta. En los dos primeros años, el programa para acceder a la nacionalidad maltesa ha aportado 1 000 millones de euros a las arcas públicas. A cambio, los candidatos tienen que comprar por valor de 150 000 euros obligaciones estatales. Y sobre esos títulos HP se embolsa una comisión del 4%.

Es diez veces más de lo que cobra un agente colocador de bonos, dicen los entendidos en la materia. “Bueno, es lógico que nos paguen por nuestros servicios. ¿Cuál es el problema si traemos cientos de millones de euros al país?”, responde Kälin. Es más, esa comisión no puede compararse con la de un agente de bonos, agrega.

OCDE preocupada

Además de esas condiciones, hay candidatos que generan polémica, como el caso del chileno Alberto Chang-Rajii, perseguido en su país por fraude y blanqueo de capitales. Un pasaporte maltés le habría dado acceso a la ciudadanía de la Unión Europea y dificultado su extradición. Pero Malta se lo denegó. Chang-Rajii puede olvidarse de conseguir un pasaporte europeo. Cuando se le pregunta por estos clientes sospechosos Kälin establece un paralelismo con el negocio del petróleo y el gas. “No es ni bueno ni malo en sí. Todo depende de cómo se haga”, matiza. Él, desde luego, prefiere que sean las autoridades las responsables de aplicar los programas de naturalización: “Advisers advise, ministers decide”, declaró en la televisión americana; en otras palabras: zapatero, a tus zapatos.

El programa ‘Cash for Passports’ genera recelo en la comunidad internacional. La OCDE está preocupada. Con la compra de un pasaporte aumenta el riesgo de fraude. “Algunos prestatarios venden una nacionalidad como un instrumento para esquivar el intercambio automático de información (IAI)”, explica Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE. Y es que si un ciudadano alemán se presenta con un pasaporte maltés en un banco suizo, los datos financieros en el marco del IAI se enviarán a Malta. Y no a Alemania, donde debería tributar. El pasaporte comprado sirve como herramienta para evadir impuestos. “Próximamente haremos propuestas sobre cómo atajar este problema”, afirma Saint-Amans.

Lavado de imagen

Además de esas condiciones, hay candidatos que generan polémica, como el caso del chileno Alberto Chang-Rajii, perseguido en su país por fraude y blanqueo de capitales. Un pasaporte maltés le habría dado acceso a la ciudadanía de la Unión Europea y dificultado su extradición. Pero Malta se lo denegó. Chang-Rajii puede olvidarse de conseguir un pasaporte europeo. Cuando se le pregunta por estos clientes sospechosos Kälin establece un paralelismo con el negocio del petróleo y el gas. “No es ni bueno ni malo en sí. Todo depende de cómo se haga”, matiza. Él, desde luego, prefiere que sean las autoridades las responsables de aplicar los programas de naturalización: “Advisers advise, ministers decide”, declaró en la televisión estadounidense; en otras palabras: zapatero, a tus zapatos.

Precio de un segundo pasaporte

Chipre: inversión de 2 millones de euros en bienes inmuebles u otro sector. Con este pasaporte se puede viajar sin visado a 159 países.

Malta: 1,15 millones de euros en un fondo público, bienes inmuebles u obligaciones estatales. Se puede viajar sin visado a 168 países.

San Cristóbal y Nieves: inversión de 250 000 dólares en la economía o un fondo público. Acceso sin visado a 130 países.

Granada: 250 000 dólares en un sector económico o un fondo público. Acceso a 112 países.

Antigua y Barbuda: 200 000 dólares en sector económico o fondo público. Acceso a 134 países.

Dominica: 100 000 dólares: fondo público o bienes inmuebles. 115 países.

Santa Lucía: 100 000 dólares: fondo público, bienes inmuebles, sector económico u obligaciones estatales. 125 países.

Fuente: Le Temps

El programa ‘Cash for Passports’ genera recelo en la comunidad internacional. La OCDE está preocupada. Con la compra de un pasaporte aumenta el riesgo de fraude. “Algunos prestatarios venden una nacionalidad como un instrumento para esquivar el intercambio automático de información (IAI)”, explica Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE. Y es que si un ciudadano alemán se presenta con un pasaporte maltés en un banco suizo, los datos financieros en el marco del IAI se enviarán a Malta. Y no a Alemania, donde debería tributar. El pasaporte comprado sirve como herramienta para evadir impuestos. “Próximamente haremos propuestas sobre cómo atajar este problema”, afirma Saint-Amans.

Red de contactos y promoción económica

Además de la imagen de marca, Kälin cuida por encima de todo su red de contactos. Hasta 2014 se sentaba en el consejo de administración de ASW Capital junto con el heredero de Nestlé Patrick Liotard-Vogt. ASW tiene una participación en la empresa Asmallworld, considerada una especie de Facebook para los ricos.

Esta exclusiva red social es un socio de lujo en la Global Residence and Citizenship Conference que organiza Kälin y que reúne regularmente a la flor y nata del sector: presidentes y primeros ministros de Estados pequeños, embajadores, abogados, asesores. En la última edición celebrada en Londres en noviembre de 2016, la Suiza oficial estuvo presente como socio y el embajador Dominik Furgler figuraba en la lista de oradores. Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Georg Farago, lo desmiente: “No hubo asociación con HP y el embajador Furgler no participó en este evento”.

En cambio, sí estuvieron presentes en Londres Andermatt-Swiss Als, el proyecto inmobiliario de Samih Sawiri, y la oficina de promoción económica del semicantón de Obwalden. En el consejo de este órgano de promoción se sienta un socio y director de HP. “Estamos muy involucrados en facilitar el establecimiento de personas privadas y empresas en Suiza. Una especie de promoción económica privada”, comenta Christian Kälin. El afanado jurista anda de la Ceca a la meca: Obwalden, San Cristóbal, Malta. Es un ciudadano del mundo cuyo trabajo le lleva a recorrer el planeta. Pero no revela cuántos pasaportes posee él: “Hay muy pocas cosas sobre las que no doy información. Y esta es una de ellas”.

Este artículo se publicó en alemán en el diario económico suizo ‘Handelszeitungexternal link‘.

Por Marco Brunner
Traducción del alemán: Belén Couceiro
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El año pasado, cada residente suizo realizó una media de 2,6 viajes con pernoctación y 8 viajes de un día. Esto supuso un aumento global del 30% en comparación con 2021. El total anual (21,1 EY publicado el pasado mes de mayo constata que catorce de las 500 corporaciones mundiales que más invierten en investigación y desarrollo (I+D) son suizas. El país centroeuropeo, de 8,8 millones de habitantes, fue en 2022 el noveno con mayor representación en un ránking liderado por las empresas de Estados Unidos –con Amazon en lo más alto del podio–, aunque en volumen total invertido Suiza ocupa la quinta plaza. Con sólo cinco compañías en el top 500, España figura en decimosexta posición.

Las multinacionales farmacéuticas Roche y Novartis, con una inversión de 16.000 millones y 9.500 millones de euros, respectivamente y, a distancia, el fabricante de semiconductores ST Microelectronics (1.800 millones), el gigante de la alimentación Nestlé (1.700 millones) y el grupo de ingeniería eléctrica y automatización ABB (1.100 millones) fueron las empresas helvéticas que más recursos destinaron a I+D en 2022.

Dos de estas cinco compañías, Novartis y Nestlé, recibieron en la segunda quincena de octubre la visita de un grupo de 40 empresarios catalanes de la asociación FemCat y de altos cargos de las mayores universidades de Cataluña con el objetivo de conocer sobre el terreno las mejores prácticas de Suiza en materia de empresa, investigación e innovación.

El programa incluyó también visitas a compañías de menor tamaño, como la relojera Panerai –propiedad del grupo Richemont–, los fabricantes de maquinaria Bobst y Mikron y la tecnológica EM Microelectronic –integrada en Swatch Group–, además de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el área de carga del EuroAirport, el aeropuerto francosuizo situado junto a Basilea. En la sede de Nestlé en Vevey, a orillas del lago Lemán, Lluís Cantarell, que fue vicepresidente mundial y máximo ejecutivo del grupo en Europa, Oriente Medio y Norte de África hasta 2016, dejó claro que la apuesta de la compañía por la innovación está íntimamente ligada a su condición de empresa suiza y puso en valor la colaboración público- privada en materia de I+D que existe en el país. La innovación se cuece a fuego lento en la multinacional de la alimentación, que, por ejemplo, lleva cinco años trabajando en el proyecto de sustituir el aluminio por el papel en las cápsulas del café Nespresso. “Si en las pruebas de calidad no llegas al 60%, no lanzas el producto”, detalla Cantarell, que preside actualmente la farmacéutica Uriach.

El sistema helvético de I+D tiene en su cúspide a los grandes centros universitarios, con la EPFL y la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich a la cabeza , y se estructura a partir de seis parques de innovación repartidos por todo el país que colaboran estrechamente con las empresas.

De la salud a la robótica

La política de innovación de Suiza, un país que no tiene industria de automoción, gira en torno a cinco grandes ejes: salud y ciencias de la vida, ciencia computacional, energía y medio ambiente, movilidad y transporte, y manufactura avanzada y robótica.

Uno de los empresarios que visitó el país, Josep Lagares, fundador y presidente de la firma gerundense de maquinaria para la industria cárnica Metalquimia, considera que una de las claves del éxito de Suiza en el campo de la innovación es contar con “una red neuronal muy bien trabada” que permite compartir los conocimientos y que facilita la transferencia tecnológica.

En la misma línea, Manel Xifra, presidente la compañía catalana de bienes de equipo, Comexi, destaca la importancia de la “labor de interfaz entre los centros de investigación y las empresas”; mientras que David Marín, presidente de FemCat y CEO de Inacces Geotècnica Vertical, pone de relieve el “trabajo común” entre las universidades helvéticas y los centros de I+D.

El carácter estratégico que otorga el país a la innovación empresarial puede explicar por qué Suiza ha podido minimizar el impacto de las sucesivas crisis que han amenazaban su economía, como ocurrió con la irrupción del cuarzo en la industria relojera a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y, más recientemente, con el fin del secreto bancario en el sistema financiero suizo, tras el acuerdo de intercambio de información tributaria firmado con la Unión Europea en 2015, que entró en vigor tres años después.

Este año, la caída de uno de los dos mayores bancos del país, Credit Suisse, rescatado posteriormente por el otro gran grupo financiero, UBS, ha sembrado dudas sobre la fortaleza del que era uno de los puntales de la economía helvética. La crisis de Credit Suisse, sin embargo, no parece quitarle el sueño a los responsables de las empresas suizas reunidas con FemCat y ni siquiera a directivos del propio sector bancario, más allá del recorte de plantilla derivado del proceso de integración con UBS.

Junto con el apoyo a las grandes multinacionales, Suiza tiene en su ADN la protección de las pymes, hasta el punto de que cada nueva ley o normativa en el país debe superar, antes de su aprobación, un test para evaluar su impacto en las pequeñas y medianas compañías.

El tejido empresarial se completa con las start up, que florecen arropadas por el sistema universitario y de innovación. Una de ellas, Aktia, con sede en Neuchâtel, fue fundada hace cinco años por el emprendedor catalán Josep Solà, que ha desarrollado una pulsera inteligente para medir de forma permanente la presión arterial. Solà dice que llegó a esta “tierra de acogida” en 2004 y está levantando ahora una ronda de financiación de 22 millones de euros.

Escuelas de aprendices

Entre las mejores prácticas del sistema educativo y empresarial suizo que suscitan envidia sana entre los empresarios de FemCat está la figura de las escuelas de aprendices, un fenómeno ligado al prestigio del que goza la formación profesional en el país como vía para obtener un empleo.

Las empresas cuentan con sus propias escuelas, que se convierten en una cantera para ampliar y renovar plantillas. No es extraño que un alto directivo de una compañía iniciara su trayectoria como aprendiz. Stéphane Mader, por ejemplo, entró con 16 años en la escuela de la empresa de bienes de equipo Bobst y ahora es el director de márketing y comunicación de la compañía. El modelo suizo de acceso al mercado laboral explica en gran medida que su índice de paro juvenil se sitúe por debajo del 7%.

Fuente: Expansión / Autor: José Orihuel

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