¿Cómo lograr el éxito en la nueva banca suiza?

El riesgo de ciberataques, como ‘WannaCry’ y ‘Petya’, crea lucrativas oportunidades para los especialistas interesados en trabajar en el sector financiero.

Los mejores candidatos a una plaza en el área de seguridad cibernética pueden aspirar a obtener salarios que rondan un millón de francos suizos anuales, según Robert Walters, fundador y director ejecutivo de la agencia de reclutamiento que lleva su nombre. “La protección y seguridad de los datos es de vital importancia y nos damos cuenta que los ciberexpertos están amasando generosas fortunas”, dice.

Y las plazas relacionadas con el manejo de riesgos, así como con el cumplimiento de los requisitos y normas legales fijados por la autoridad, también son altamente demandados porque los bancos suizos deben cumplir con cada vez más requisitos regulatorios para reducir el riesgo de lavado de dinero. Claramente, la autoridad supervisora tira fuerte de las riendas de los bancos luego de enfrentar varios escándalos de evasión y crisis bancarias a gran escala y las instituciones financieras se han visto obligadas a invertir más tiempo y recursos humanos en el cumplimiento de las nuevas reglas, lo que reduce sus márgenes de ganancia.

“La autoridad reguladora helvética quiere que Suiza sea vista como una plaza financiera ética, responsable y segura. Así que el número de empleos de este tipo seguirá creciendo durante el próximo lustro”, afirma Nick Dunett, jefe de Robert Waters para la región de Suiza y Alemania. Una tendencia que también se observa en la naciente industria de la tecnología financiera en donde también se requieren perfiles cada vez más especializados.

La digitalización de los servicios financieros está cambiando la forma en la que los bancos hacen negocios e interactúan con sus clientes. Y también su mercado laboral.

Aunque los empleados dedicados a la seguridad cibernética son remunerados por encima de la media, porque requieren habilidades legales y una permanente actualización ante un entorno legal cambiante, al ser cada vez más numerosos los profesionales que ofrecen estos servicios, la escalada en los ingresos comenzó a menguar. “Hace solo dos años, se observaban verdaderas primas extraordinarias sobre los salarios de estos empleados, pero conforme avanza el tiempo el número de profesionales especializados que ofrecen su talento, así como sus sueldos, inician una fase de estabilización porque los bancos son cada vez más cuidadosos con sus gastos”, dice Dunnett.

En términos generales, los empleados suizos de la banca (de todo tipo de áreas) han tenido que acostumbrarse durante los últimos años a salarios menos onerosos y a traslados hacia sus centros de trabajo cada vez más largos, confirma la Asociación de Empleados de la Banca Suiza. Más aún, el año pasado desaparecieron 1 606 plazas de tiempo completo en Suiza y otras 1 387 en el extranjero en este sector.

Los empleados del sector bancario y los candidatos a incorporarse a él han tenido que mostrarse flexibles y aceptar que son otros tiempos. Frecuentemente pasan de un proyecto a otro, pese a lo cual deben mantenerse actualizados en materia tecnológica y legal, afirma Robert Walters.

Remuneración media del personal bancario suizo

Cifras del Banco Nacional de Suiza revelaron que el presupuesto destinado al pago de salarios bancarios creció marginalmente en 2016, a pesar de que el número de puestos de jornada completa se redujo 2,5% en la banca suizas en el año citado. Los expertos explican que eso simplemente evidencia que hay un desfase entre la eliminación de las plazas y la reducción real en los gastos de las instituciones.

Dunnett afirma que pasa mucho tiempo con los candidatos a un empleo bancario abordando el tema de los salarios y moderando sus expectativas. “Los salarios y el entorno fiscal son favorables en Suiza con respecto a otros países europeos. Pero los negocios aún están en la necesidad de realizar reducciones en sus gastos para equilibrar sus balances”, detalla.

Un tema que es particularmente espinoso para aquellos profesionales con una larga trayectoria, pero que se enfrentan a la búsqueda de un nuevo empleo. Denise Chevet, directora general de la Asociación de Empleados de los Bancos Suiza, expresó recientemente al ‘NZZ am Sontag’ que muchos empleados experimentados han tenido que aceptar recortes salariales tras ser reasignados a una nueva área durante las reestructuraciones bancarias.

Y reestructurar parece ser la nueva e irremediable realidad de la banca, lo que seguirá impactando a su mercado laboral, advierte Dunnett. Suiza está reproduciendo la tendencia europea de contratar cada vez más personal interino o independiente para brindarle un servicio particular. Son expertos que ganan mucho dinero de golpe manejando un proyecto específico -que les toma unos seis meses de implicación total como media-, pero después tienen que buscar a otro empleador.

Suelen ser empleados dedicados a la instrumentación de nuevas regulaciones o a cargo de sistemas tecnológicos que garantizan que un banco esté al día en términos digitales. Para los bancos, cada vez más cuidadosos de su gasto, son acuerdos que resultan atractivos, señala Dunnett. Era un rol que solían desempeñar las empresas de consultoría, pero hoy en día los bancos buscan cada vez más expertos individuales listos para entrar directamente al campo de acción en la banca.

Y la fuerza laboral ha debido adaptarse. “En el pasado, un cierto estigma rodeaba a los trabajadores independientes y sin empleo fijo en Suiza. Existía la mentalidad del trabajo para toda la vida, pero los mercados no cesan de cambiar”, puntualiza Dunnett.

Salarios y remuneraciones bancarias

La Asociación de Empleadores de la Banca Suiza estima que el salario bruto medio mensual de un empleado bancario es de 9 549 dólares (alrededor de CHF115 000 anuales), muy por encima de la media de 5 189 del resto de los sectores.

Si se trata de plazas de gerencia de alto nivel, el ingreso puede ir hasta los 15 695 francos y promedia 6 772 en posiciones que no son gerenciales.

Una encuesta realizada cada dos años por la Asociación de Empleados del Banco Suizo calcula que el salario medio anual para todos los niveles de personal es de CHF102 000 (véase el gráfico anterior), un 2% más que en 2013. En la misma encuesta refiere que, en contrapartida, los bonos cayeron de 10 000 francos suizos en 2015 hasta 9 750 francos suizos en 2017.

Un 61% de los encuestados se dice satisfecho con su salario de base, mientras que 6,7% afirma que es está muy a disgusto con su ingreso. Pero su percepción cambia cuando se trata de bonos: 55% acepta de buen grado la remuneración que tiene por este concepto y 14,6% expresa una gran frustración.

Esta encuetas fue realizada por la firma Michael Page para el periódico ‘NZZ am Sonntag’ en marzo pasado. El año pasado, el grupo de bonos UBS cayó un 17%, mientras que Credit Suisse subió un 6%.

Fuente: Swissinfo.ch
Autor: Matthew Allen
Traducción: Andrea Ornelas

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El año pasado, cada residente suizo realizó una media de 2,6 viajes con pernoctación y 8 viajes de un día. Esto supuso un aumento global del 30% en comparación con 2021. El total anual (21,1 EY publicado el pasado mes de mayo constata que catorce de las 500 corporaciones mundiales que más invierten en investigación y desarrollo (I+D) son suizas. El país centroeuropeo, de 8,8 millones de habitantes, fue en 2022 el noveno con mayor representación en un ránking liderado por las empresas de Estados Unidos –con Amazon en lo más alto del podio–, aunque en volumen total invertido Suiza ocupa la quinta plaza. Con sólo cinco compañías en el top 500, España figura en decimosexta posición.

Las multinacionales farmacéuticas Roche y Novartis, con una inversión de 16.000 millones y 9.500 millones de euros, respectivamente y, a distancia, el fabricante de semiconductores ST Microelectronics (1.800 millones), el gigante de la alimentación Nestlé (1.700 millones) y el grupo de ingeniería eléctrica y automatización ABB (1.100 millones) fueron las empresas helvéticas que más recursos destinaron a I+D en 2022.

Dos de estas cinco compañías, Novartis y Nestlé, recibieron en la segunda quincena de octubre la visita de un grupo de 40 empresarios catalanes de la asociación FemCat y de altos cargos de las mayores universidades de Cataluña con el objetivo de conocer sobre el terreno las mejores prácticas de Suiza en materia de empresa, investigación e innovación.

El programa incluyó también visitas a compañías de menor tamaño, como la relojera Panerai –propiedad del grupo Richemont–, los fabricantes de maquinaria Bobst y Mikron y la tecnológica EM Microelectronic –integrada en Swatch Group–, además de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el área de carga del EuroAirport, el aeropuerto francosuizo situado junto a Basilea. En la sede de Nestlé en Vevey, a orillas del lago Lemán, Lluís Cantarell, que fue vicepresidente mundial y máximo ejecutivo del grupo en Europa, Oriente Medio y Norte de África hasta 2016, dejó claro que la apuesta de la compañía por la innovación está íntimamente ligada a su condición de empresa suiza y puso en valor la colaboración público- privada en materia de I+D que existe en el país. La innovación se cuece a fuego lento en la multinacional de la alimentación, que, por ejemplo, lleva cinco años trabajando en el proyecto de sustituir el aluminio por el papel en las cápsulas del café Nespresso. “Si en las pruebas de calidad no llegas al 60%, no lanzas el producto”, detalla Cantarell, que preside actualmente la farmacéutica Uriach.

El sistema helvético de I+D tiene en su cúspide a los grandes centros universitarios, con la EPFL y la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich a la cabeza , y se estructura a partir de seis parques de innovación repartidos por todo el país que colaboran estrechamente con las empresas.

De la salud a la robótica

La política de innovación de Suiza, un país que no tiene industria de automoción, gira en torno a cinco grandes ejes: salud y ciencias de la vida, ciencia computacional, energía y medio ambiente, movilidad y transporte, y manufactura avanzada y robótica.

Uno de los empresarios que visitó el país, Josep Lagares, fundador y presidente de la firma gerundense de maquinaria para la industria cárnica Metalquimia, considera que una de las claves del éxito de Suiza en el campo de la innovación es contar con “una red neuronal muy bien trabada” que permite compartir los conocimientos y que facilita la transferencia tecnológica.

En la misma línea, Manel Xifra, presidente la compañía catalana de bienes de equipo, Comexi, destaca la importancia de la “labor de interfaz entre los centros de investigación y las empresas”; mientras que David Marín, presidente de FemCat y CEO de Inacces Geotècnica Vertical, pone de relieve el “trabajo común” entre las universidades helvéticas y los centros de I+D.

El carácter estratégico que otorga el país a la innovación empresarial puede explicar por qué Suiza ha podido minimizar el impacto de las sucesivas crisis que han amenazaban su economía, como ocurrió con la irrupción del cuarzo en la industria relojera a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y, más recientemente, con el fin del secreto bancario en el sistema financiero suizo, tras el acuerdo de intercambio de información tributaria firmado con la Unión Europea en 2015, que entró en vigor tres años después.

Este año, la caída de uno de los dos mayores bancos del país, Credit Suisse, rescatado posteriormente por el otro gran grupo financiero, UBS, ha sembrado dudas sobre la fortaleza del que era uno de los puntales de la economía helvética. La crisis de Credit Suisse, sin embargo, no parece quitarle el sueño a los responsables de las empresas suizas reunidas con FemCat y ni siquiera a directivos del propio sector bancario, más allá del recorte de plantilla derivado del proceso de integración con UBS.

Junto con el apoyo a las grandes multinacionales, Suiza tiene en su ADN la protección de las pymes, hasta el punto de que cada nueva ley o normativa en el país debe superar, antes de su aprobación, un test para evaluar su impacto en las pequeñas y medianas compañías.

El tejido empresarial se completa con las start up, que florecen arropadas por el sistema universitario y de innovación. Una de ellas, Aktia, con sede en Neuchâtel, fue fundada hace cinco años por el emprendedor catalán Josep Solà, que ha desarrollado una pulsera inteligente para medir de forma permanente la presión arterial. Solà dice que llegó a esta “tierra de acogida” en 2004 y está levantando ahora una ronda de financiación de 22 millones de euros.

Escuelas de aprendices

Entre las mejores prácticas del sistema educativo y empresarial suizo que suscitan envidia sana entre los empresarios de FemCat está la figura de las escuelas de aprendices, un fenómeno ligado al prestigio del que goza la formación profesional en el país como vía para obtener un empleo.

Las empresas cuentan con sus propias escuelas, que se convierten en una cantera para ampliar y renovar plantillas. No es extraño que un alto directivo de una compañía iniciara su trayectoria como aprendiz. Stéphane Mader, por ejemplo, entró con 16 años en la escuela de la empresa de bienes de equipo Bobst y ahora es el director de márketing y comunicación de la compañía. El modelo suizo de acceso al mercado laboral explica en gran medida que su índice de paro juvenil se sitúe por debajo del 7%.

Fuente: Expansión / Autor: José Orihuel

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