La suiza Parter Group se queda las plantas de Alcoa en Avilés y La Coruña

Garantiza los 600 empleos de las fábricas por un periodo máximo de dos años.

Alcoa ha alcanzado un principio de acuerdo para venderle a Parter Capital Group las plantas de aluminio de Avilés y La Coruña. El acuerdo entrará en vigor una vez que se hayan obtenido las correspondientes aprobaciones internas de ambas partes -la de la dirección de Alcoa ya se ha recibido- y haya sido ratificado por las diversas comisiones de los representantes de los trabajadores, un extremo que se espera que se produzca este próximo jueves. De obtenerse dichas aprobaciones, la ejecución efectiva de la venta se llevará a cabo una vez que se hayan resuelto todos los posibles asuntos regulatorios, aunque el Gobierno no explicó los compromisos que haya podido adquirir con el grupo comprador después de haber dejado a ambas plantas fuera de la subasta de interrumpibilidad que se está celebrando estos días.

La empresa ha alcanzado este preacuerdo dentro del proceso de venta contemplado en el acuerdo del ERE, por el que se abría un período para vender las plantas hasta el 30 de junio.

La compañía estadounidense anunció el pasado de octubre el cierre de sus plantas al alegar problemas productivos y tecnológicos en estas instalaciones, la sobrecapacidad de producción de aluminio en el mundo, el elevado precio de las materias primas y el coste de la energía, factores que habían generado pérdidas significativas en los últimos dos años y que forzaron el anunció de cierre de las plantas y el despido de 686 personas.

En enero se alcanzó un preacuerdo para aplicar un ERE en esas dos factorías, en el que se incluían medidas para prejubilaciones y despidos en Avilés y La Coruña, y recolocaciones en la otra planta que tiene la compañía en España, la de San Cibrao (Lugo), en caso de que no se cerrara la venta de las fábricas a un inversor antes del 30 de junio.

Alcoa se comprometió a asumir el coste de 40 millones de euros (20 millones por cada planta) para arrancar de nuevo, en caso de que apareciera un comprador, las cubas de electrólisis, que la empresa paró de forma controlada.

La compañía no informó ayer en la SEC del acuerdo alcanzado para hacerse con estas plantas, aunque sí mantuvo una reunión con representantes de los Gobiernos asturiano y gallego, así como del Ministerio para presentarles la operación.

Parter Capital Group es un fondo suizo especializado en la reestructuración de empresas con la adquisición de compañías o partes de las mismas que ya no pertenecen a la actividad principal.

La actividad de este fondo se centra en la adquisición de empresas de sectores tradicionales, con una facturación de 1.000 millones de euros.

Parter Capital se concentra en empresas en situaciones especiales (incluidas las situaciones de cambio) y en la planificación de la sucesión de las empresas gestionadas por sus propietarios. El objetivo a largo plazo es realinear estratégicamente las compañías adquiridas y conducirlas a un crecimiento sostenible.

Los socios e inversores de Parter Capital Group son en su mayoría empresarios, que pueden decidir de forma independiente y rápida, por lo que se autocalifican como “Executive Private Equity Group”. Los socios participan en el capital de las empresas de la cartera. Sin embargo, la gestión operativa sigue estando en manos de su dirección.

Parter Capital cuenta, entre sus participadas, con BDW Technologies, una empresa alemana líder en la fabricación de industria de fundición de aluminio a presión. La compañía es especialista en la fabricación y procesamiento de productos y herramientas de fundición de aluminio a presión para la industria automotriz, la única participada que mantiene una relación directa con las plantas que ahora compra de Alcoa.

Oferta mejorada

El Ministerio de Industria ha valorado positivamente el acuerdo y ha asegurado que no hay otra oferta de compras para ambas plantas, pese a que el consejero de Industria asturiano, Isaac Pola, dijo ayer que Quatum estaba dispuesto a presentar hoy una oferta mejorada.

Raül Blanco, secretario general de Industria, indicó ayer que “en la mesa siempre hemos estado intentando promover una oferta integral”.

A partir de ahora, los sindicatos tienen que decidir si apoyan la operación. El comité de empresa de Avilés ha lamentado “profundamente” el preacuerdo “unilateral” entre la aluminera y el fondo suizo y ha amenazado con redoblar las movilizaciones si no se tiene en cuenta la oferta de Quantum. El comité “lamenta profundamente” que Industria “esté actuando de forma unilateral anunciando y bendiciendo acuerdos que son totalmente desconocidos por los trabajadores”.

Fuente: El Economista

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Los ‘secretos’ del dinamismo empresarial de Suiza

El año pasado, cada residente suizo realizó una media de 2,6 viajes con pernoctación y 8 viajes de un día. Esto supuso un aumento global del 30% en comparación con 2021. El total anual (21,1 EY publicado el pasado mes de mayo constata que catorce de las 500 corporaciones mundiales que más invierten en investigación y desarrollo (I+D) son suizas. El país centroeuropeo, de 8,8 millones de habitantes, fue en 2022 el noveno con mayor representación en un ránking liderado por las empresas de Estados Unidos –con Amazon en lo más alto del podio–, aunque en volumen total invertido Suiza ocupa la quinta plaza. Con sólo cinco compañías en el top 500, España figura en decimosexta posición.

Las multinacionales farmacéuticas Roche y Novartis, con una inversión de 16.000 millones y 9.500 millones de euros, respectivamente y, a distancia, el fabricante de semiconductores ST Microelectronics (1.800 millones), el gigante de la alimentación Nestlé (1.700 millones) y el grupo de ingeniería eléctrica y automatización ABB (1.100 millones) fueron las empresas helvéticas que más recursos destinaron a I+D en 2022.

Dos de estas cinco compañías, Novartis y Nestlé, recibieron en la segunda quincena de octubre la visita de un grupo de 40 empresarios catalanes de la asociación FemCat y de altos cargos de las mayores universidades de Cataluña con el objetivo de conocer sobre el terreno las mejores prácticas de Suiza en materia de empresa, investigación e innovación.

El programa incluyó también visitas a compañías de menor tamaño, como la relojera Panerai –propiedad del grupo Richemont–, los fabricantes de maquinaria Bobst y Mikron y la tecnológica EM Microelectronic –integrada en Swatch Group–, además de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el área de carga del EuroAirport, el aeropuerto francosuizo situado junto a Basilea. En la sede de Nestlé en Vevey, a orillas del lago Lemán, Lluís Cantarell, que fue vicepresidente mundial y máximo ejecutivo del grupo en Europa, Oriente Medio y Norte de África hasta 2016, dejó claro que la apuesta de la compañía por la innovación está íntimamente ligada a su condición de empresa suiza y puso en valor la colaboración público- privada en materia de I+D que existe en el país. La innovación se cuece a fuego lento en la multinacional de la alimentación, que, por ejemplo, lleva cinco años trabajando en el proyecto de sustituir el aluminio por el papel en las cápsulas del café Nespresso. “Si en las pruebas de calidad no llegas al 60%, no lanzas el producto”, detalla Cantarell, que preside actualmente la farmacéutica Uriach.

El sistema helvético de I+D tiene en su cúspide a los grandes centros universitarios, con la EPFL y la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich a la cabeza , y se estructura a partir de seis parques de innovación repartidos por todo el país que colaboran estrechamente con las empresas.

De la salud a la robótica

La política de innovación de Suiza, un país que no tiene industria de automoción, gira en torno a cinco grandes ejes: salud y ciencias de la vida, ciencia computacional, energía y medio ambiente, movilidad y transporte, y manufactura avanzada y robótica.

Uno de los empresarios que visitó el país, Josep Lagares, fundador y presidente de la firma gerundense de maquinaria para la industria cárnica Metalquimia, considera que una de las claves del éxito de Suiza en el campo de la innovación es contar con “una red neuronal muy bien trabada” que permite compartir los conocimientos y que facilita la transferencia tecnológica.

En la misma línea, Manel Xifra, presidente la compañía catalana de bienes de equipo, Comexi, destaca la importancia de la “labor de interfaz entre los centros de investigación y las empresas”; mientras que David Marín, presidente de FemCat y CEO de Inacces Geotècnica Vertical, pone de relieve el “trabajo común” entre las universidades helvéticas y los centros de I+D.

El carácter estratégico que otorga el país a la innovación empresarial puede explicar por qué Suiza ha podido minimizar el impacto de las sucesivas crisis que han amenazaban su economía, como ocurrió con la irrupción del cuarzo en la industria relojera a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y, más recientemente, con el fin del secreto bancario en el sistema financiero suizo, tras el acuerdo de intercambio de información tributaria firmado con la Unión Europea en 2015, que entró en vigor tres años después.

Este año, la caída de uno de los dos mayores bancos del país, Credit Suisse, rescatado posteriormente por el otro gran grupo financiero, UBS, ha sembrado dudas sobre la fortaleza del que era uno de los puntales de la economía helvética. La crisis de Credit Suisse, sin embargo, no parece quitarle el sueño a los responsables de las empresas suizas reunidas con FemCat y ni siquiera a directivos del propio sector bancario, más allá del recorte de plantilla derivado del proceso de integración con UBS.

Junto con el apoyo a las grandes multinacionales, Suiza tiene en su ADN la protección de las pymes, hasta el punto de que cada nueva ley o normativa en el país debe superar, antes de su aprobación, un test para evaluar su impacto en las pequeñas y medianas compañías.

El tejido empresarial se completa con las start up, que florecen arropadas por el sistema universitario y de innovación. Una de ellas, Aktia, con sede en Neuchâtel, fue fundada hace cinco años por el emprendedor catalán Josep Solà, que ha desarrollado una pulsera inteligente para medir de forma permanente la presión arterial. Solà dice que llegó a esta “tierra de acogida” en 2004 y está levantando ahora una ronda de financiación de 22 millones de euros.

Escuelas de aprendices

Entre las mejores prácticas del sistema educativo y empresarial suizo que suscitan envidia sana entre los empresarios de FemCat está la figura de las escuelas de aprendices, un fenómeno ligado al prestigio del que goza la formación profesional en el país como vía para obtener un empleo.

Las empresas cuentan con sus propias escuelas, que se convierten en una cantera para ampliar y renovar plantillas. No es extraño que un alto directivo de una compañía iniciara su trayectoria como aprendiz. Stéphane Mader, por ejemplo, entró con 16 años en la escuela de la empresa de bienes de equipo Bobst y ahora es el director de márketing y comunicación de la compañía. El modelo suizo de acceso al mercado laboral explica en gran medida que su índice de paro juvenil se sitúe por debajo del 7%.

Fuente: Expansión / Autor: José Orihuel

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