¿Está realmente la inflación suiza fuera de control?

Stefan Meierhans, el “Señor Precios” de Suiza, tiene por misión seguir de cerca la evolución del valor de los bienes nacionales. En el presente, el supervisor tiene claro que los hogares suizos están resintiendo el impacto del encarecimiento de los bienes y servicios cotidianos, pues el año pasado recibió 2.400 quejas de los consumidores, casi el doble que en 2021. Y este año, no parece mejorar.

A principios de septiembre, Meierhans intentó abordar algunas de estas preocupaciones en la primera Cumbre del Poder Adquisitivo de Suiza, que reunió a diversos grupos de protección de los consumidores. “Recibimos cartas que expresan claramente: ‘Alimentos, seguro médico, electricidad… ¿a dónde va a parar esto’”, dijo el supervisor de precios en una entrevista concedida al Tages-Anzeiger tras el encuentro.

Pero ¿hasta qué punto es grave la inflación en Suiza, uno de los países más caros del mundo? Abordamos este tema respondiendo a cinco preguntas relacionadas con la inflación y su impacto.

¿Dónde se resiente más la inflación?

Los precios de los bienes cotidianos han aumentado en Suiza, especialmente en electricidad, alimentos, alquiler y servicios de salud. Fabio Canetg, especialista en política monetaria y presentador del podcast Geldcast de SWI, calculó que realizar la compra típica en Suiza cuesta hoy un 6,1% más que a principios de 2021.

Las perspectivas del 2024 no lucen mejor. En septiembre, el Gobierno anunciará aumento en las primas del seguro de enfermedad, que según los expertos podrían incrementarse entre un 8% y un 9% el año próximo, lo que supondría la mayor alza desde el 2010. Por su parte, la Comisión Federal de Electricidad anunció hace unos días que las facturas de electricidad subirán una media del 18% (alrededor de 222 francos suizos) en 2024.

Los precios de los alquileres también son fuente de preocupación. La legislación suiza vincula los alquileres a la inflación y a los tipos de interés. Un aumento de un cuarto de punto porcentual (0,25%) permite a los propietarios subir los alquileres un 3%. En 2023, tras varios años de descensos, la tasa de interés de referencia para los alquileres pasó del 1,25% al 1,5% en junio. El director de la Oficina Federal de la Vivienda suiza declaró en septiembre que prevé que los alquileres suban más del 15% de aquí al 2026.

En enero de 2024 entrarán también en vigor incrementos en los precios negociados de servicios prestados por empresas estatales como los Correos Suizos (Swiss Post) y los Ferrocarriles Federales Suizos (CFF).

“Todos estos aumentos serán una carga pesada y permanente para los bolsillos de la gente en Suiza”, declaró Meierhans en una entrevista al diario Tages-Anzeiger en días pasados.

¿Hasta qué punto es grave?

Suiza ha resistido relativamente bien las turbulencias económicas mundiales de los últimos dos años. De hecho, aunque la inflación alcanzó su nivel más alto en 30 años en agosto del 2022, con un 3,5% anualizado, es un dato mucho menor al promedio de 9-10% reportado en Estados Unidos o en la eurozona.

La inflación fue alta a principios del 2023, pero ha ido cediendo desde entonces, en agosto fue de 1,6% anualizado, dentro del rango de 0-2% que el Banco Nacional de Suiza (BNS) se ha fijado como objetivo deseable para considerar que existe estabilidad de precios. “En comparación con otros países, nos encontramos en una posición cómoda”, dijo a SWI Alexander Rathke, responsable de Previsiones Macroeconómicas de Suiza del Instituto de Investigación Económica KOF. En algunas partes de Europa, los precios de los alimentos básicos han subido hasta 30%, mucho más que en Suiza en el mismo lapso.

Sin embargo, Canetg advierte que, aunque “los precios no estén aumentando tan rápido como antes, o en la misma magnitud que en otros países, siguen siendo elevados y con tendencia alcista, lo que es difícil para los consumidores”. El incremento en la electricidad implica que un hogar de cuatro personas pague unos 500 francos suizos anuales más que hace solo dos años. Además, las cifras de inflación no incluyen las primas del seguro de enfermedad, que es un gasto muy importante para las familias.

La inquietud principal es que los salarios no están aumentando a la misma velocidad que la inflación. Según una encuesta realizada en noviembre por el banco suizo UBS, el poder adquisitivo en Suiza está en el nivel más bajo en 80 años.  Según la Oficina Federal de Estadística (OFS), un trabajador medio recibió un aumento salarial del 0,9% en 2022, pero éste se vio anulado por una inflación del 2,8% en ese mismo lapso. Este año, los salarios nominales han aumentado un 2%, lo que es bueno para los estándares suizos, pero es un repunte inferior a la inflación, refiere Rathke.

¿Hasta qué punto la inflación es un lastre para la economía suiza?

Cuando la inflación es alta durante mucho tiempo, esto puede ser un lastre para el crecimiento económico porque el incremento de precios siempre trae consigo una gran dosis de incertidumbre. El aumento de los tipos de interés permite poner un freno a la inflación, pero encarece también los créditos, lo que es un problema para las familias y las empresas.

“Actualmente, son las tasas de interés más elevadas las que ponen un freno a la economía, no la inflación”, explica Canetg. Pero Suiza se ve impactada también por lo que sucede en el resto del mundo. Los bancos centrales están intentando ralentizar las economías y reducir la demanda de bienes. Esto afectó a Suiza, que vio como su economía se estancaba en el segundo trimestre.

“La economía nacional va bien”, matiza Rathke. “Pero el retroceso que ha experimentado la demanda de bienes desde el extranjero afecta a Suiza, sobre todo en el sector manufacturero”.

¿Qué piensa hacer Suiza para contener el aumento de precios?

En la Cumbre del Poder Adquisitivo se presentaron algunas propuestas para frenar el avance de los precios. Un área clave son los precios influidos -directa o indirectamente- por el Estado, como el servicio de correos, el suministro de agua, las guarderías comunitarias o el transporte. En este ámbito, una de las declaraciones conjuntas de la cumbre exhorta a las “empresas a actuar con moderación en materia de (incremento) de precios” y a los políticos, a actuar con mayor celeridad en las reformas que ayuden en este frente.

Meierhans se comprometió también a examinar en profundidad si las empresas se están aprovechando de la subida de precios para llenar sus bolsillos. Lo hará revisando si las empresas están aumentando sus precios por encima del incremento del 0,4% del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) a partir de enero del 2024. Empresas alimentarias como Nestlé y minoristas se han enfrentado a acusaciones de la llamada “inflación de la avaricia” en medio de la subida de precios.

“Sin embargo, determinar si se debe hacer algo con respecto a los márgenes de beneficio es una cuestión política y de justicia”, dijo Canetg. “El público puede soportar la carga de los precios altos ahora, pero si hay una nueva crisis serán las empresas las que enfrenten pérdidas”.

La cumbre también animó a redoblar los esfuerzos en el sector financiero en torno a los tipos de interés y la reducción de las comisiones bancarias. En junio, el Banco Nacional Suizo subió los tipos de interés por quinta vez consecutiva en un intento por contrarrestar la “presión inflacionista”. No descartó nuevas subidas y dijo que podría intervenir en los mercados de divisas si esto fuera necesario para mantener la estabilidad de precios.

¿Serán suficientes esas medidas?

Algunos expertos sostienen que las medidas actuales abordan los síntomas pero no los problemas estructurales subyacentes. Eso incluye la guerra en Ucrania, que está afectando al comercio agrícola, el coste de la transición energética y los cambios demográficos, que están provocando un aumento de los costes sanitarios.

Hay menos incertidumbre que la que había hace un año, subrayó Rathke. “Suiza está en mejor posición, pero podríamos tener un invierno muy frío”.

Fuente: Swissinfo

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Suiza se reafirma como líder mundial en innovación

Los ‘secretos’ del dinamismo empresarial de Suiza

El año pasado, cada residente suizo realizó una media de 2,6 viajes con pernoctación y 8 viajes de un día. Esto supuso un aumento global del 30% en comparación con 2021. El total anual (21,1 EY publicado el pasado mes de mayo constata que catorce de las 500 corporaciones mundiales que más invierten en investigación y desarrollo (I+D) son suizas. El país centroeuropeo, de 8,8 millones de habitantes, fue en 2022 el noveno con mayor representación en un ránking liderado por las empresas de Estados Unidos –con Amazon en lo más alto del podio–, aunque en volumen total invertido Suiza ocupa la quinta plaza. Con sólo cinco compañías en el top 500, España figura en decimosexta posición.

Las multinacionales farmacéuticas Roche y Novartis, con una inversión de 16.000 millones y 9.500 millones de euros, respectivamente y, a distancia, el fabricante de semiconductores ST Microelectronics (1.800 millones), el gigante de la alimentación Nestlé (1.700 millones) y el grupo de ingeniería eléctrica y automatización ABB (1.100 millones) fueron las empresas helvéticas que más recursos destinaron a I+D en 2022.

Dos de estas cinco compañías, Novartis y Nestlé, recibieron en la segunda quincena de octubre la visita de un grupo de 40 empresarios catalanes de la asociación FemCat y de altos cargos de las mayores universidades de Cataluña con el objetivo de conocer sobre el terreno las mejores prácticas de Suiza en materia de empresa, investigación e innovación.

El programa incluyó también visitas a compañías de menor tamaño, como la relojera Panerai –propiedad del grupo Richemont–, los fabricantes de maquinaria Bobst y Mikron y la tecnológica EM Microelectronic –integrada en Swatch Group–, además de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y el área de carga del EuroAirport, el aeropuerto francosuizo situado junto a Basilea. En la sede de Nestlé en Vevey, a orillas del lago Lemán, Lluís Cantarell, que fue vicepresidente mundial y máximo ejecutivo del grupo en Europa, Oriente Medio y Norte de África hasta 2016, dejó claro que la apuesta de la compañía por la innovación está íntimamente ligada a su condición de empresa suiza y puso en valor la colaboración público- privada en materia de I+D que existe en el país. La innovación se cuece a fuego lento en la multinacional de la alimentación, que, por ejemplo, lleva cinco años trabajando en el proyecto de sustituir el aluminio por el papel en las cápsulas del café Nespresso. “Si en las pruebas de calidad no llegas al 60%, no lanzas el producto”, detalla Cantarell, que preside actualmente la farmacéutica Uriach.

El sistema helvético de I+D tiene en su cúspide a los grandes centros universitarios, con la EPFL y la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich a la cabeza , y se estructura a partir de seis parques de innovación repartidos por todo el país que colaboran estrechamente con las empresas.

De la salud a la robótica

La política de innovación de Suiza, un país que no tiene industria de automoción, gira en torno a cinco grandes ejes: salud y ciencias de la vida, ciencia computacional, energía y medio ambiente, movilidad y transporte, y manufactura avanzada y robótica.

Uno de los empresarios que visitó el país, Josep Lagares, fundador y presidente de la firma gerundense de maquinaria para la industria cárnica Metalquimia, considera que una de las claves del éxito de Suiza en el campo de la innovación es contar con “una red neuronal muy bien trabada” que permite compartir los conocimientos y que facilita la transferencia tecnológica.

En la misma línea, Manel Xifra, presidente la compañía catalana de bienes de equipo, Comexi, destaca la importancia de la “labor de interfaz entre los centros de investigación y las empresas”; mientras que David Marín, presidente de FemCat y CEO de Inacces Geotècnica Vertical, pone de relieve el “trabajo común” entre las universidades helvéticas y los centros de I+D.

El carácter estratégico que otorga el país a la innovación empresarial puede explicar por qué Suiza ha podido minimizar el impacto de las sucesivas crisis que han amenazaban su economía, como ocurrió con la irrupción del cuarzo en la industria relojera a finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado y, más recientemente, con el fin del secreto bancario en el sistema financiero suizo, tras el acuerdo de intercambio de información tributaria firmado con la Unión Europea en 2015, que entró en vigor tres años después.

Este año, la caída de uno de los dos mayores bancos del país, Credit Suisse, rescatado posteriormente por el otro gran grupo financiero, UBS, ha sembrado dudas sobre la fortaleza del que era uno de los puntales de la economía helvética. La crisis de Credit Suisse, sin embargo, no parece quitarle el sueño a los responsables de las empresas suizas reunidas con FemCat y ni siquiera a directivos del propio sector bancario, más allá del recorte de plantilla derivado del proceso de integración con UBS.

Junto con el apoyo a las grandes multinacionales, Suiza tiene en su ADN la protección de las pymes, hasta el punto de que cada nueva ley o normativa en el país debe superar, antes de su aprobación, un test para evaluar su impacto en las pequeñas y medianas compañías.

El tejido empresarial se completa con las start up, que florecen arropadas por el sistema universitario y de innovación. Una de ellas, Aktia, con sede en Neuchâtel, fue fundada hace cinco años por el emprendedor catalán Josep Solà, que ha desarrollado una pulsera inteligente para medir de forma permanente la presión arterial. Solà dice que llegó a esta “tierra de acogida” en 2004 y está levantando ahora una ronda de financiación de 22 millones de euros.

Escuelas de aprendices

Entre las mejores prácticas del sistema educativo y empresarial suizo que suscitan envidia sana entre los empresarios de FemCat está la figura de las escuelas de aprendices, un fenómeno ligado al prestigio del que goza la formación profesional en el país como vía para obtener un empleo.

Las empresas cuentan con sus propias escuelas, que se convierten en una cantera para ampliar y renovar plantillas. No es extraño que un alto directivo de una compañía iniciara su trayectoria como aprendiz. Stéphane Mader, por ejemplo, entró con 16 años en la escuela de la empresa de bienes de equipo Bobst y ahora es el director de márketing y comunicación de la compañía. El modelo suizo de acceso al mercado laboral explica en gran medida que su índice de paro juvenil se sitúe por debajo del 7%.

Fuente: Expansión / Autor: José Orihuel

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