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¿Se está convirtiendo Suiza en el país del burnout o desgaste profesional?

Publicado el 12 de diciembre de 2023

Agotados. Exhaustos. Frustrados. Estresados. Llevados al límite. Así es como se sienten cada vez más suizos en el trabajo.

Son síntomas típicos del burnout. Es un diagnóstico cada vez más extendido para una especie de agotamiento que se apodera de uno y puede desembocar en estados depresivos.

Hay numerosas estadísticas que, directa o indirectamente, señalan un aumento de casos de burnout o desgaste profesional en Suiza en los últimos años.

Según el último Job Stress IndexEnlace externo (Índice de Estrés Laboral), publicado por la fundación Health Promotion Switzerland, la Universidad de Berna y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (ZHAW), en 2022 el 30,3% de los trabajadores se sentían emocionalmente agotados o lo que es lo mismo, más que nunca. El agotamiento emocional es una de las características del burnout.

Un estudio Enlace externoencargado en 2020 por SWICA, la mayor aseguradora sanitaria de Suiza, descubrió que el 57% del absentismo tenía que ver con los efectos psicológicos de los conflictos en el lugar de trabajo.

Recientemente, la SRG (sociedad suiza de radio y televisión), en su amplia encuestaEnlace externo «¿Cómo estás, Suiza?», preguntó a los encuestados si creían que su lugar de trabajo les ponía en riesgo de agotamiento. Una cuarta parte de los encuestados respondió afirmativamente, y, por otra parte, el 17% declaró que ya había experimentado el agotamiento.

Varios sectores estresados

«Eso debería hacernos reflexionar», afirma Regina Jensen, de Health Promotion Switzerland, coautora del Índice de Estrés Laboral. Al fin y al cabo, el síndrome del burnout causa sufrimiento a los afectados, y además cuesta dinero a la economía.

Según el estudio, esos costes ascienden a unos 6.500 millones de francos suizos (7.400 millones de dólares) al año. «Deberíamos sentirnos con ganas de hacer algo para atajar esta tendencia creciente», afirma Jensen.

El Índice de Estrés Laboral se calcula contrastando el estrés de los trabajadores con los recursos de ayuda de que disponen. Los sectores más afectados por el estrés son, según el estudio, (1) la hostelería y (2) los servicios sociales y sanitarios.

Sin embargo, más que un sector en concreto, es la función laboral la que contribuye al riesgo de agotamiento. No son los directivos quienes más sufren el estrés, sino los empleados de primera línea y los trabajadores mal pagados. «Suelen tener menos recursos a su disposición que los directivos, y son menos capaces de delegar trabajo en otros para darse un respiro», afirma Jensen.

Pero, ¿qué significa que una cuarta parte de los suizos piensen que corren el riesgo de sufrir un burnout? «Para responder a esta pregunta, habría que saber qué entienden por burnout los encuestados», afirma Jensen. Y eso puede variar. Ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo sobre los criterios de diagnóstico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera el burnout como una afección médica, sino como un fenómeno ocupacional. En la edición de enero de 2022 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), el burnout se clasificaba dentro de los ‘problemas relacionados con el empleo o el desempleo’.

La OMS ofrece la siguiente definición «El burnout es un síndrome conceptualizado como resultado de un estrés laboral crónico que no ha sido gestionado con éxito. Se caracteriza por tres dimensiones: (1) sentimientos de agotamiento o disminución de la energía; (2) aumento del distanciamiento mental del propio trabajo, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el propio trabajo; y (3) disminución de la eficacia profesional».

El riesgo de burnout aumenta en otras sociedades occidentales, según la encuesta Future Forum Pulse, encargada por empresas como Boston Consulting y el fabricante de mobiliario de oficina Miller Knoll. Suiza no se incluyó en ese estudio. Se preguntó a los participantes si estaban de acuerdo con la afirmación «Me siento agotado en el trabajo».

La definición de burnout no está clara, pero tampoco lo está su causa. Jensen considera que el cambio en las condiciones de trabajo es uno de los factores: estar siempre localizable, la mayor intensidad del trabajo y la falta de personal cualificado aumentan la presión sobre los trabajadores.

El ritmo de trabajo más rápido de Europa

Según una que la Secretaría de Estado de Economía (SECO) realizó en 2021 en asociación con un estudio a escala europea, el ritmo de trabajo y la presión por cumplir los plazos no es en ningún lugar de Europa mayor que en Suiza.

Al mismo tiempo, opina Jensen, en los últimos años los factores de la guerra, la pandemia de Covid y el cambio climático han contribuido a la sensación de que incluso fuera del horario laboral la gente no puede relajarse.

«Mucha gente habla de burnout cuando no puede seguir adelante», dice Niklas Baer, psicólogo de WorkMed. Este centro de trabajo y salud mental se ocupa de los problemas psicológicos en el lugar de trabajo.

Unas 400 personas acuden cada año a WorkMed para ser evaluadas. «Muchos nos dicen que están agotados», asegura Baer. Sin embargo, a menudo ese no es el único motivo de las dificultades por las que pasan los pacientes.

«A veces los conflictos en el trabajo son sólo un desencadenante, que agrava problemas que ya existían», señala. Por eso siempre es importante analizar el historial laboral completo de la persona y su vida privada. A menudo, la depresión o la ansiedad pueden estar detrás.

Diagnóstico respetable

Baer insiste en que el burnout debe tomarse en serio. No obstante, también afirma que «a mucha gente le resulta más fácil hablar de burnout que de otros problemas de salud mental».

El burnout es una enfermedad más respetable, afirma. Estar «agotado» sugiere que la persona es trabajadora y concienzuda. Y entonces se puede echar la culpa al empresario.

Sin embargo, las condiciones laborales no se han deteriorado de forma generalizada, como señala Baer. «Creo que también ha habido mejoras. Hoy hay más recursos disponibles para apoyar a los empleados, el estilo de gestión es menos autoritario que antes y los ejecutivos están mejor formados. Trabajamos menos horas, y existe la opción del teletrabajo o tener horarios flexibles».

Es más, no todos los que trabajan en las mismas condiciones «se agotan». La encuesta de la SRG también señala que el 70% considera que no corre riesgo de sufrir un burnout.

«Para mí es una simplificación excesiva centrarse sólo en las condiciones de trabajo», afirma Baer. Se corre el riesgo de adoptar un enfoque unilateral de lo que en realidad es un problema complejo.

Uno de cada dos casos lleva al abandono

Baer analizó en un estudio para SWICA por qué suele fracasar la reinserción de personas con trastornos mentales tras un periodo de enfermedad y ausencia. Para la mitad de ellos, acaba en el abandono del trabajo. «Eso no tiene por qué ser así», opina.

Algo que no hay que olvidar es que «normalmente el trabajo es uno de los factores más estabilizadores que existen», afirma. También sería útil que el personal médico que hace las evaluaciones estuviera en contacto con los empresarios para revisar la situación de forma exhaustiva. Según el estudio, eso sólo ocurre en una quinta parte de los casos.

Para acabar con el riesgo de burnout, todas las partes deben asumir su responsabilidad. Lo importante es responder a las primeras señales de alarma. A menudo comienza con algún asunto menor, un sentimiento inicial de ofensa, frustración y retraimiento.

«Muchas de esas situaciones conflictivas podrían desactivarse si se abordaran con suficiente antelación», afirma Baer. Eso podría significar tener una conversación para aclarar las cosas con el jefe, o buscar recursos que puedan ayudar a una persona a hacer frente a la presión.

Los empresarios también tienen su deber. El centro Workmed ofrece apoyo tanto a los superiores jerárquicos como a los jefes de personal con talleres sobre cómo abordar los problemas psicológicos en el lugar de trabajo. Junto con el sindicato Empleados Suiza, el Centro ha desarrollado una appEnlace externo para ayudar a los empleados.

Health Promotion Switzerland también ofrece varios paquetesEnlace externo para empresas con consejos sobre cómo los empresarios pueden influir positivamente en el entorno laboral.

Jensen y Baer están de acuerdo en una cosa: es bueno que en nuestra sociedad se hable más abiertamente del burnout y el tema deje de ser tabú.

Para Baer es necesario dar un paso más: «Tenemos que replantearnos nuestra forma de percibir y tratar los problemas psicológicos en general». En su opinión, no hay individuo que no se vea afectado a lo largo de su vida, y el trabajo no es la única razón».

Fuente: swissinfo.ch / Autora: Samanta Siegfried