El tortuoso tránsito de la Gran Pandemia al ciclo de negocios post-Covid invita a diagnosticar el curso y la velocidad que está tomando la Revolución Industrial 4,0 el paradigma que evaluará a los agentes económicos y los mercados llamados a abanderar el orden económico mundial que emergerá de la crisis sanitaria internacional.
Un escenario que deparará sorpresas de calado, a juzgar por los últimos indicadores de innovación. Como el de la agencia Bloomberg, en cuyo top-ten no aparece EEUU Su barómetro 2021, además, sitúa a Corea del Sur a la cabeza de la carrera digital, en sustitución de Alemania, que la abanderaba al inicio de la epidemia, y que ha quedado relegada al cuarto peldaño de su reciente evaluación anual.
En medio de ambas -ejemplos de la intensidad innovadora durante la hibernación económica global- aparecen Singapur y Suiza. Mapa economías más innovadoras La radiografía de situación analiza una docena de criterios valorados por algoritmos métricos, entre los que se incluyen el gasto en I+D+i, la capacidad manufacturera o la concentración de empresas de alta tecnología, públicas y privadas.
Y revelan que el Covid-19 ha traído consigo un aliciente innovador que se ha traducido en esfuerzos gubernamentales y nuevas infraestructuras con las que las economías pretenden tomar posiciones preferentes ante el despegue productivo que se desencadenará una vez las campañas de vacunación en marcha traspasen los niveles de la inmunidad social. “En el año del coronavirus y de la emergencia climática, la importancia de la digitalización tecnológica ha irrumpido con enorme virulencia”, explica Catherine Mann, jefa de economía global en Citigroup que incide en un argumento nuclear: “La innovación se mide a menudo por sus nuevas ideas, nuevos productos y nuevos servicios, pero lo trascendental es su difusión y su adopción” por parte del tejido socio-económico y empresarial.
El barómetro 2021 de Bloomberg deja otra lectura colateral. Varios de los líderes tecnológicos mundiales -entre los que cita a Corea del Sur, Alemania o Israel- están siendo al mismo tiempo los que más éxito han demostrado en el control de la pandemia, en el rastreo de contagios y en el ritmo de vacunación.
EEUU sigue siendo un emblema innovador. No sólo por su alta densidad de firmas tecnológicas; también por investigar y comercializar dos de las vacunas más efectivas contra el coronavirus, la de Pfizer y la de Moderna .
Pero adolece, según el termómetro de innovación de Bloomberg, de una política federal que acelere el calado digital por todo su territorio. Lectura que comparte el Premio Nobel de Economía, Paul Romer.
“Se pierden importantes dimensiones en innovación si no se expande y propaga el dinamismo digital por los agentes socio-económicos”, asegura el catedrático de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, que pone de botón de muestra las carencias innovadoras de los sistemas públicos de salud. Por la actual, aunque también por hipotéticas y futuras epidemias venideras.
La digitalización, explica Lee Kyung-mook, profesor de gestión de negocios en la Universidad de Seúl, “es un acuerdo social, empresarial y gubernamental en Corea del Sur por el que la I+D+i se considera esencial para el futuro”. Es, a su juicio, “el factor determinante para lograr mercados con rentas altas al que se ha enganchado China en los últimos años en su desafío de abandonar sus ventajas competitivas a través de sus bajos costes laborales”.
De Singapur, el estudio resalta sus fondos presupuestarios destinados a emprendedores, trabajadores y empresas para abordar la transición hacia la economía digital, que ya se aprecia en su sector manufacturero, así como su apuesta por inculcar mayores niveles competitivos desde su ámbito universitario, un salto ya incuestionable, que ha reportado beneficios a su amplio sector de servicios. De Suiza se valora en especial su liderazgo en tecnología financiera y biomédica y farmacéutica, y su estrategia de investigación en múltiples sectores de actividad.
Especialmente fructífera. Alemania ha perdido el paso.
Como alerta desde hace años Henning Kagermann, inspirador y auspiciador de la política de digitalización alemana, que le ha dado réditos a la locomotora europea y ha intensificado aún más la capacidad técnico-profesional del mercado de trabajo alemán, pero que experimenta un parón en su cometido de asegurar la próxima generación tecnológica del país. Entretanto, China y EEUU lidian por el cetro innovador.
En áreas claves como los derechos de propiedad intelectual y en la batalla por el 5G y el 6G, que determinarán el cetro tecnológico. Con una paulatina senda de corrección entre ellos.
Digitalización EEUU vs China
EEUU, que lideró el índice en 2013, ha caído hasta el decimoprimer eslabón del ranking, en el que España se coloca en el trigésimo primer puesto tras ganar dos posiciones en 2020, “Su papel es menos dominante que entonces -admite el diagnóstico de los analistas de esta clasificación global- cuando ostentaba una incontestable hegemonía en ciencia e ingeniería”. Al principal de los mercados mundiales le han restado nota final la pérdida de vigor innovador de sus centros universitarios, “a pesar de ser las más famosas del mundo”.
Los obstáculos a la matriculación de estudiantes extranjeros, un emblema de su prominente dinamismo científico y tecnológico, tras cuatro años de la Administración Trump y su política restrictiva sobre la concesión de visados académicos, y la extraordinaria oleada de contagios por el Covid, están detrás de este descenso de valoración. Aunque los expertos de Bloomberg otorgan margen de recuperación en el futuro por el programa prometido por Joe Biden de revitalizar el sector manufacturero de EEUU con una dotación de 300,000 millones de dólares en inversiones en I+D+i dentro de la instauración de una iniciativa federal acuñada con el lema Innova en América.
Sung Won Sohn, economista de la Universidad de Loyola Marymount en Los Ángeles, incide en que EEUU “todavía está a la vanguardia tecnológica, no sólo por el poder innovador de sus pymes y start-ups, sino por el alto comportamiento digital de sus consumidores”. Las ideas innovadoras de su tejido empresarial –explica- “seguirán trasladándose al mercado de consumo”.
Pero el retardo posicional de EEUU en el ranking demuestra que la carrera de la digitalización está supeditada a cambios constantes. China se instala en la decimosexta posición, una por debajo de la clasificación anual precedente.
Tom Orlik, economista jefe del panel de análisis de Bloomberg, precisa que la “intensificación de la competencia entre Washington y Pekín está reseteando el panorama de innovación mundial, en el que EEUU teme perder derechos de propiedad intelectual frente a su rival geopolítico y un retroceso del apoyo global a los sistemas innovadores abiertos”. Para China, en cambio, el temor “es la interrupción de la transferencia de conocimientos tecnológicos, motivo por el que Pekín está acelerando desde hace años su capacidad doméstica de I+D+i”.
En un momento en el que el gigante asiático ha tomado ventaja por su más rápida y anticipada salida de la crisis del Covid. Pero en el que también le reporta preocupación la escalada manufacturera y tecnológica de sus vecinos asiáticos, desde Vietnam hasta Bangladesh.
India es uno de los países que ha dado un salto cuantitativo notable. Se instala dentro de las 50 economías más innovadoras por primera vez desde 2016, El ranking evalúa a más de 200 mercados, a los que asigna una nota entre 0 y 100, a partir de 7 categorías de indicadores tecnológicos.
La carrera digital entre los socios y las regiones europeas En Europa, la Comisión acaba de publicar un estudio sobre la evolución digital en sus regiones. Un análisis que Bruselas considera determinantes para avanzar en la capacidad de innovación del mercado interior para poder competir en los mercados internacionales.
En el que Europa por primera vez supera en calificación a EEUU, pero se aleja de naciones como Corea del Sur. A España la cataloga en medio del vagón de socios con balance moderado en digitalización.
En una locomotora en la que están instaladas Suecia, Finlandia, Dinamarca y Países Bajos. Por delante de siete países con “fuertes dosis innovadoras”.
Todos ellos, por encima del promedio de la UE tras calificar los 27 parámetros innovadores de análisis, a los que somete también a 238 regiones de su mercado interior y que impulsan las ratios de competitividad y productividad. La comisaria de Mercado Interior, Empresas y Pymes, Elżbieta BieÅ„kowska, precisa que el índice de innovación de la UE, el European Innovation Scoreboard, “es el mejor termómetro para medir el panorama innovador en el club comunitario, para identificar sus déficits y para emprender las reformas estructurales necesarias para catapultar a Europa a la vanguardia tecnológica”.
Carlos Moedas, su colega de I+D+i, insiste en que, “para estar en esta carrera global, Europa tiene que continuar investigando y desarrollando proyectos florecientes de innovación”. Corina Cretu, comisaria de Política Regional, respaldó los fondos de cohesión como los mejores canales para impulsar la digitalización y la sostenibilidad.
El diagnóstico de Bruselas eleva hasta en un 8,8% los indicadores de innovación de sus socios desde 2011, Con los mayores progresos en Lituania, Grecia, letonia, Malta, Reino Unido, Estonia y Países Bajos, frente a los descensos de Rumanía y Eslovenia. Y sitúa a la UE por delante de EEUU, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, aunque por debajo de China, que registra una evolución tres veces superior a la de Europa, y desventajas relativas con Japón y más ostensibles con Corea del Sur.
El informe señala a Dinamarca como la nación con un clima más idóneo para la innovación, a Luxemburgo con el sistema de investigación más atractivo para la I+D+i, a Francia, por liderar el apoyo financiero a la digitalización, a Alemania por las inversiones empresariales, a Portugal por el impulso innovador a sus pymes, a Malta por sus activos intelectuales y a Irlanda, por el impacto de su política tecnológica en el empleo y las ventas e ingresos de su sector privado. El mensaje que lanza a sus regiones es elocuente: casi dos terceras partes del crecimiento de la economía europea de la última década ha sido impulsado por la innovación.
Y calcula que por cada euro invertido en digitalización se generará en los próximos 25 años un retorno de 11 euros por lo que justifica que, entre 2021 y 2027, el actual septenio presupuestario, las inversiones en I+D+i puedan generar más de 100,000 nuevos puestos de trabajo. Sobre el Regional Innovation Scoreboard, el apéndice general del barómetro de la Comisión, destacan como territorios con mayores cotas de innovación Helsinki-Uusimaa (Finlandia), Estocolmo (Suecia) y Hovedstaden (Dinamarca).
Aunque la región más innovadora es la ciudad suiza de Zürich, país del Espacio Económico Europeo ajeno al club comunitario. Esta parte del informe resalta también zonas de países etiquetados como de ritmo innovador moderado entre las pioneras en I+D+i.
Fuente: Libre Información / Gráfico: Bloomberg