El presidente de UBS, Colm Kelleher, inauguró hoy la junta anual de accionistas del banco destacando la reciente compra, a instancias del Gobierno suizo, de Credit Suisse, un paso “histórico pero al que nunca quisimos llegar” y que, aseguró, brindará grandes oportunidades a la entidad..
La absorción del segundo banco de Suiza por el primero “marca un nuevo comienzo y grandes oportunidades para la entidad combinada, así como para este país como centro financiero”, destacó ante los accionistas reunidos en la sala multiusos St Jakobshalle de Basilea.
El empresario irlandés reconoció que Credit Suisse, un banco nacido hace 167 años, “fue un icono de la economía suiza, una entidad clave para el desarrollo económico del país, y un actor respetado globalmente”.
Kelleher afirmó que la compra decidida el pasado 19 de marzo “es la primera fusión entre dos bancos globales de importancia sistémica”, y su integración será una tarea desafiante, para la cual se ha decidido nombrar a Sergio Ermotti como nuevo consejero delegado desde hoy mismo en sustitución de Ralph Hammers.
“Nuestra estrategia es clara y no ha cambiado con la adquisición de Credit Suisse”, subrayó el presidente de UBS, quien por otro lado afirmó que la integración de ese banco será uno de los principales focos en las próximas estrategias.
Kelleher destacó que la compra de Credit Suisse acelerará la expansión de UBS en el sector de gestión de fortunas, donde ha experimentado gran crecimiento especialmente en Estados Unidos y Asia.
Por otro lado, el presidente reiteró que UBS reducirá el capital invertido en su banca de inversión hasta que se sitúe por debajo del 25 % de los activos de riesgo.
El irlandés anunció que en la junta se propondrá un incremento de dividendos del 10 %, hasta los 55 céntimos de franco por acción.
Al mismo tiempo, señaló que UBS ha decidido suspender el programa de recompra de acciones debido a la adquisición de Credit Suisse, aunque señaló que éste será reanudado “lo antes posible”.
UBS, que el pasado año reportó un beneficio neto de 7.600 millones de francos (6.900 millones de euros), adquirió Credit Suisse por 3.000 millones de francos (3.020 millones de euros) para salvarlo de una posible quiebra, una compra que ha despertado críticas entre políticos y opinión pública del país centroeuropeo.
La junta de UBS se produce un día después de la de Credit Suisse, probablemente la última de este segundo banco, en la que su presidente Axel Lehman se disculpó por la crisis que llevó a la entidad al borde de su colapso y muchos accionistas intervinieron para desatar su decepción e ira contra la directiva.