Los suizos rechazaron en referéndum dar prioridad a las leyes nacionales por encima de las internacionales, algo que habría dañado su posición global y su economía, de acuerdo con los críticos con la medida.
El 63% de los votantes dio la espalda a la proposición Ley suiza, no jueces extranjeros, respaldada por el Partido Popular Suizo, de tendencia conservadora, que señalaba que los acuerdos internacionales están diluyendo la tradicional autonomía suiza y poniendo en peligro la democracia directa.
La propuesta reclamaba añadir una cláusula en la Constitución suiza que remarcara que se daría preferencia a la aplicación de las normas propias sobre los tratados internacionales.
Si la medida hubiera salido adelante, cuando hubiera un choque entre ambas normativas, Suiza tendría que haber tratado de modificar los tratados internacionales, para que éstos se adapten a su propia regulación, o haberse retirado de ellos. Por ello, la propuesta fue muy contestada tanto desde el Gobierno suizo como desde las principales patronales, que alertaban de que la cancelación de estos acuerdos golpearía enormemente a la economía suiza, muy dependiente del comercio global.
Fuente: Expansión