El poder adquisitivo de sus habitantes y las políticas fiscales que ofrecen las regiones helvéticas para atraer la inversión convierten al país en un destino atractivo para los negocios.
Situada en el corazón de los Alpes aparece Suiza, un país cuyos habitantes ocupan el tercer cajón del podio entre los que cuentan con mayor poder adquisitivo de Europa. Sólo por detrás de los ciudadanos de Liechtenstein y Luxemburgo, los helvéticos disponen de una renta 1,7 veces superior a la de los italianos y 1,3 veces mayor que la de los alemanes, vecinos de países con los que comparte frontera.
Por tanto, no es de extrañar que su población, formada tan solo por ocho millones de habitantes, presente uno de los porcentajes más altos de extranjeros –un 24% en 2016– que llegan atraídos por el alto nivel de vida suizo.
Competencia regional
Los diferentes cantones en los que se organiza la Administración suiza rivalizan entre sí por atraer a la inversión extranjera. Además, para reforzar su marca en el mundo y luchar contra la escasez de materias primas, el Gobierno central ha iniciado una estrategia internacional para captar capital extranjero. Para ello, la estrategia es conseguir que los pequeños empresarios hagan negocios en el país, ya que muchos sectores de su economía se encuentran copados por monopolios nacionales.
Especial interés tienen en las pymes, lo que ha llevado a la Confederación Helvética – y han replicado varios cantones– a crear oficinas como las de Portal Pymes, espacios en los que proporcionan información sobre cómo establecerse y los incentivos que reciben los empresarios.
Una de las condiciones que pone la legislación suiza para emprender dentro de sus fronteras es que el nuevo negocio “tenga un efecto a largo plazo o una influencia positiva en el mercado laboral del país”. Esto significa que la nueva empresa debe contribuir a la diversificación de la economía regional, es decir, que preserve o genere puestos de trabajo para los habitantes de la zona, haga inversiones y participe en acciones sociales de la región.
Dentro de la estrategia del Gobierno suizo destaca su plan para seguir aumentando el número de países con los que mantiene acuerdos de libre comercio. En este sentido, sobresale la Asociación Europea de Libre Comercio, de la que forma parte junto a Noruega, Islandia y Liechtenstein. Además, el reciente tratado firmado con China consolida los esfuerzos que Suiza está haciendo por llegar a pactos similares con países de la zona asiática y bloques como Mercosur.
Un sector emergente en la economía helvética es el de las energías renovables. En su ‘Estrategia Energética 2050’ el país apuesta por el apagón nuclear y la progresiva incorporación de las renovables.
En cuanto a la cultura de los negocios, la etiqueta en Suiza es similar a la de cualquier país del norte de Europa o incluso a la de EEUU, aunque algunos empresarios encuentran a sus socios bastante conservadores y formales. Los suizos son personas que valoran mucho la puntualidad, por lo que debe llegar a cualquier cita a la hora prevista.
Autor: A. Galisteo
Fuente: Expansión
Foto: Paul Guillotel on Unsplash