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Clima: ante “falta de voluntad”, Suiza busca un compromiso

Publicado el 20 de diciembre de 2019

Este año, la señal de la comunidad científica ha sido fuerte y clara sobre el cambio climático: hay que hacer algo, y pronto. Una voluntad que parece ausente en la Conferencia Anual de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP 25) que se celebra en Madrid, como señala el responsable de la delegación suiza.

En el amplio centro de congresos en las afueras de la capital española, donde este año se celebran las conversaciones de la ONU sobre el clima, manifestantes de todo el mundo, incluyendo grupos juveniles y pueblos indígenas, expresan con rabia su frustración sobre el proceso oficial internacional que celebra este 2019 su 25º aniversario.

La mayoría de los países representados están de acuerdo en que deben mejorar sus promesas de reducir las emisiones. Ahora, el objetivo oficial es llegar a un consenso sobre los mercados de carbono y sobre cómo apoyar a los países perjudicados por el cambio climático.

Cuestionamientos continuos

Al inicio de la segunda semana de la COP25, el jefe de los negociadores de Suiza, Franz Perrez, dijo que se agota el tiempo para aclarar estas cuestiones. Considera que, como ya sucedió en conversaciones anteriores, algunos países podrían intentar retrasar la toma de decisiones.

“Lo que me impacta una vez más es la falta de voluntad para seguir trabajando en lo que se acordó de antemano, y cuestionar continuamente lo que ya se decidió”, dijo Perrez, quien ha estado al frente de la delegación suiza desde 2010.

Perrez señaló que diversos países, en particular los que se han mostrado reacios a reducir las emisiones, han pedido que se organicen “talleres” para permitir un debate más profundo sobre temas como las llamadas medidas de respuesta. Tales medidas son adoptadas cuando la lucha contra el cambio climático puede tener efectos adversos en un país. Por ejemplo, Arabia Saudita ha presionado durante mucho tiempo para que los países productores de petróleo sean compensados por la caída de las ventas del combustible.

Compromiso de crédito de carbono

Por su parte, Suiza ha querido establecer directrices claras sobre el uso de los créditos de carbono que permiten a los países participar en proyectos de reducción de emisiones en otros lugares para compensar sus propias emisiones. Concretamente, la delegación suiza desea evitar la doble contabilización de dichos créditos y que los créditos acordados en el marco de esquemas anteriores se prorroguen después de 2020. Algunos países como Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro niega la existencia del cambio climático, se han mantenido firmes en rechazar tales propuestas.

“Suiza se esfuerza en encontrar un buen compromiso”, enfatizó Perrez. Pero insistió en que es importante que un acuerdo no caiga por debajo de un “determinado umbral”.

En comparación con cumbres climáticas anteriores, en Madrid se ha insistido mucho en el tema de la transparencia. Los delegados elaboran un método para que los países informen de manera detallada sobre sus esfuerzos de reducción del cambio climático en el país y en el extranjero. Un gráfico debe presentar las reducciones de emisiones, mientras que otro mostraría cómo se gastan los fondos. Es parte de un “enfoque integral” para buscar una “plena confianza en el sistema”, explicó Lydie-Line Paroz, asesora principal de políticas del Ministerio del Medioambiente suizo y subdirectora de la delegación.

“Será una larga noche”, comentó al regresar a las conversaciones con Paroz, con la esperanza de pasar página en algunos de los temas que necesitan ser finalizados.

Los ministerios de finanzas en la mesa

Por su parte, Daniela Stoffel, secretaria de Estado para las Finanzas Internacionales de Suiza, se reunió con representantes de otros países integrantes de la recién formada Coalición de Ministros de Finanzas para la Acción Climática.

Presentó al panel las preocupaciones del sector financiero, como el hecho de que los precios deben fijarse para los riesgos ambientales y climáticos dentro del sector de los seguros. Además, señaló que los actuales fondos de pensiones para las personas que se jubilarán en 2050, muchos de los cuales están invirtiendo en combustibles fósiles, no serán compatibles dentro de treinta años, cuando Suiza se haya convertido en una economía libre de carbono.

La secretaria de Estado también señaló que el riesgo relacionado con el clima debe ser tomado en consideración y valorado, para asegurar la estabilidad de los mercados financieros. Las lecciones aprendidas de la crisis financiera de 2008, en el sentido de que las instituciones son «demasiado grandes para fracasar», han hecho que estas preocupaciones sean relevantes.

“Los ministerios de finanzas y los reguladores financieros tienen una responsabilidad”, dijo Stefan Marco Schwager, asesor de finanzas climáticas de la delegación suiza, quien acompañó a Stoffel en el panel. “No es altruismo. Si no arreglamos [la crisis climática], todo se va por el desagüe, incluyendo los activos del banco central”.

Llamado a la solidaridad

No todo el mundo está satisfecho con el papel que Suiza ha desempeñado hasta ahora en las conversaciones.

“Queremos que países como Suiza hablen mucho más sobre lo que la gente afronta sobre el terreno. En cuanto a la cuestión de las pérdidas y los daños, no ha sido muy proactiva”, señaló Harjeet Singh, responsable de ActionAid, ONG que actúa en materia de cambio climático.

“Tiene que haber solidaridad en el sistema. Los pobres de los países en desarrollo no crearon esta crisis”.

Fuente: SwissInfo