Atravesar los Alpes sin tocar el suelo. Esto es lo que nos permite hacer el nuevo teleférico que conecta Suiza e Italia.
Está dirigido al turismo, pero no al turismo de masas. La empresa creadora pretende que el máximo número de pasajeros al día sea de 150.
La cabina del teleférico se ha convertido en el paso fronterizo más alto de Europa, situando al turista a casi 3.500 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Un billete de ida y vuelta cuesta 240 francos, unos 248 euros. A cambio, los turistas podrán disfrutar de una vistas panorámicas de hasta nueve estaciones de montaña distintas, situadas entre el pueblo de Zermatt, en Suiza, y Cervinia, en Italia.
Este nuevo enlace utiliza diez cabinas con capacidad para 28 pasajeros cada una. Pero no todo el mundo piensa que sea una gran idea; ya tiene sus detractores.
El Club Alpino Italiano es una asociación que contribuye a la organización de eventos y a la promoción de la montaña, y se muestran preocupados por el impacto ambiental del proyecto.
Fuente: La Razón